Dádivas quebrantan peñas

Una maldita plataforma llamada lengua

Creo a pies juntillas que la inmersión en “català” para los castellanohablantes, en los colegios de la Cataluña gobernada por exaltados independentistas, va más allá de lo lingüístico. La veo como una especie de antesala en la que preparan a criaturas para conformarse con la condición de ciudadano de segunda con la que vivirán toda su vida. Hay motivos más que suficientes para pensar que muchísimas escuelas de esta comunidad autónoma de España se convirtieron hace décadas en la herramienta imprescindible con la que unos pocos imponen, a cientos de miles de indefensos niños, ideología, lengua y resignación. Así que no es de extrañar que casi todos acaben asimilando los abusos a los que serán sometidos en las instituciones públicas (locales, comarcales y autonómicas) como algo cotidiano e inquebrantable. En consecuencia, como detrás de tanta maniobra y esfuerzo siempre se esconde una finalidad, los artífices (la casta independentista gobernante) de este miserable orden de cosas, que no han mostrado el mínimo escrúpulo al pisotear sistemáticamente los derechos de millones de catalanes, han seguido viviendo endiosados en la cúpula de ese andamiaje de cargos públicos, retribuidos con sueldos indecentes, y lanzando dádivas a los suyos a modo de millonarias subvenciones.